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"Pocos hombres han nacido que hayan sido, ni de lejos, tan sabios como Dingir, el escriba. �l fue quien invent� el arte de hacer hablar los dibujos, tambi�n llamado escritura."

Contraportada: Uruk, Sumeria (3000 a.C.) Dingir y su esposa huyen de la c�lera del rey y de la venganza de la diosa. Sospechan que sus d�as est�n contados y antes de que los soldados acaben con sus vidas, �l desea dejar constancia de su verdad, que es a la vez la cr�nica del nacimiento de la habilidad que cambi� el curso del mundo: la escritura.

Dingir era s�lo un ni�o cuando su padre ofendi� sin querer a la despiadada diosa Inanna, llevando la desgracia a su familia. A partir de ese momento el muchacho creci� apartado de los suyos, criado por unos extra�os y sometido a crueles torturas en la escuela. Aquel joven t�mido y asustadizo se convierte con los a�os en un concienzudo contable, encargado de custodiar las bullas, las vasijas de barro que simbolizan la deuda del rey con el templo, gobernado por la maligna sacerdotisa Sheleput. �sta, que nunca ha perdonado a Dingir por la afrenta de su padre contra la diosa, finge estar enamorada de �l mientras urde una compleja trama en su contra con la ayuda de Ninshubur, la esclava a la que cree tener dominada en cuerpo y alma. As�, para salvar esas bullas que debe proteger, y tambi�n su propia vida, Dingir se ve en la necesidad de aguzar el ingenio sin saber que al hacerlo est� dando los primeros pasos hacia un nuevo sistema de comunicaci�n que revolucionar� la historia y la cultura.

El escriba del barro es una apasionante reconstrucci�n a dos voces de un mundo, lejano en el tiempo, pero que plantea dilemas muy parecidos a los que nos acucian hoy. La sed de poder, las intrigas pol�ticas y los conflictos de pareja marcaron tambi�n esa sociedad que nos dej� uno de los legados m�s importantes en la historia del ser humano: la escritura, un arma poderosa para plasmar la verdad... o para faltar a ella.